al norte del valle de Jezreel. Saúl y sus fuerzas tomaron posiciones en las laderas del monte Gilboa, hacia el borde sur del valle de Jezreel. Veterano de muchas batallas, Saúl sabía cuando estaba en desventaja numérica y “tuvo miedo”, sin que le faltaran buenas razones para ello. No sólo iba a tener que enfrentar a los filisteos sin David, sino que iba a entrar en la batalla sin la guía y la dirección de Jehová. Su anterior endurecimiento de corazón, y la negativa a obedecer la voz de Dios, habían
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